Un amor entre dos mundos

Películas de amor las hay a puñados. Hasta entonces habíamos visto amores verdaderos, amores compartidos, amores que matan e incluso amores perros. También hemos sido espectadores de amores separados por familias, por guerras, por naufragios..., amores que luchan contra la enfermedad y también contra la muerte. Y, cuando creíamos que en cuestión de amores ya estaba todo inventado, Juan Diego Solanas nos sorprende con la historia de dos amores separados por la propia gravedad. Sí, habéis leído bien, por la gravedad. 
Eden (Kirsten Dunst) y Adam (Jim Sturgess) tendrán que vencer la barrera que separa sus respectivos mundos. Dos mundos que debido a sus distintas fuerzas gravitatorias se repelen. Y he aquí la pregunta:¿Podrá el amor derribar esa barrera? 
La idea, desde luego, no escatima en originalidad y, es por ello, que desde el minuto uno, la historia te engancha y, pese algunos errores de guión, el desarrollo de la misma transcurre con el suficiente brío como para mantenernos enganchados a la historia y a la pantalla. Aunque sus personajes principales se hallen faltos de contorno, de color y muestren una opacidad que dejan demasiado a nuestra imaginación respecto a sus propios sentimientos, el encanto y la experiencia de Kirsten Dunst unidos a la frescura que aporta Jim Sturgess ayudan a maquillar un poco estos errores.
Dada la nacionalidad argentina del director, la banda sonora de esta película nos sorprende literalmente introduciendo casi como con calzador el tango, y aunque al principio pueda resultar chocante lo cierto es que un tango nunca desagrada. La fotografía no decepciona, aunque no es para tirar cohetes. Retrata de modo agradable los dos mundos y recrea ese universo de ficción dándole una apariencia de cuento que se ajusta a la perfección a la historia. Obviamente no puede equipararse a la de las grandes superproducciones,  así que no es la selva de Pandora ni el País de las Maravillas, pero tiene su encanto.
Y hasta aquí bien, una idea magnífica, un desarrollo lo suficientemente hábil, unos actores a la altura y una banda sonora cuanto menos sorprendente. Entonces es cuando llega el final, en mi opinión abrupto, apresurado y carente de imaginación y, si pensábamos que habíamos asistido a una película bastante decente, de golpe y porrazo se convierte en una historia de amor original y curiosa pero que en su conjunto no deja de ser una película mediocre. Una lástima.

1 comentario:

Unknown dijo...

No sé porqué la gente tiene tanta mala leche, pero tu mala uva jode mucho a la gente..bueno tu verás lo que haces entonces!!

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