Figurones, bikinis y palomos

Ha sido justo al final de la película cuando me he quedado como en shock y sin poder dar un justo veredicto a lo que recién terminaba de ver. He caído en cuenta de que mi corazón cinéfilo, palpitante de emoción, es incapaz de valorar negativamente cualquier película en la que tremendos figurones se dejen ver. Al Pacino, Christopher Walken y Alan Arkin... imposible. Es un lujo poder reunir en la pantalla a estos tres monstruos de la interpretación. Con sus más de 70 años, unos 222 si los sumamos, con sus tripones altos, casi como palomos achacosos, y con la mirada de quien ha sido derrotado por el paso del tiempo, demuestran sin embargo que han ganado la victoria al olvido, que siguen siendo genios y que aún forman parte de una industria que les valora y les necesita. Dicho esto es bastante obvio que a estos tres actores les podría consentir todo, claro que cinematográficamente hablando... Para que me entiendan: Comienza la película, Al Pacino solo en escena, se voltea y se pedorrea. Fin de la película. ¿Y yo qué hago? Pues aplaudo, ¿qué voy a hacer! Es como si a una persona le muestras una fotografía de Giselle Bündchen y le pides opinión sobre el estampado de su bikini, con el añadido de que esa persona es un presidiario.
De este modo, ante mi falta absoluta de objetividad me he visto en la obligación de molestar por un rato a mi aletargada imaginación. He vuelto a reproducir la cinta en mi mente pero esta vez superponiendo sobre esos cuerpos de palomos arrugados las caras de otros palomos anónimos. La conclusión ha sido rápida y concluyente: La mera presencia de estos tres maestros son el único, diría yo, punto fuerte de una película que de no ser por ellos se llamaría "Tipos Mediocres"; al guión le falta chicha, el humor es bastante idiota y se echan en falta diálogos inteligentes.
Con todo esto, por verla no pasa nada...


Un amor entre dos mundos

Películas de amor las hay a puñados. Hasta entonces habíamos visto amores verdaderos, amores compartidos, amores que matan e incluso amores perros. También hemos sido espectadores de amores separados por familias, por guerras, por naufragios..., amores que luchan contra la enfermedad y también contra la muerte. Y, cuando creíamos que en cuestión de amores ya estaba todo inventado, Juan Diego Solanas nos sorprende con la historia de dos amores separados por la propia gravedad. Sí, habéis leído bien, por la gravedad. 
Eden (Kirsten Dunst) y Adam (Jim Sturgess) tendrán que vencer la barrera que separa sus respectivos mundos. Dos mundos que debido a sus distintas fuerzas gravitatorias se repelen. Y he aquí la pregunta:¿Podrá el amor derribar esa barrera? 
La idea, desde luego, no escatima en originalidad y, es por ello, que desde el minuto uno, la historia te engancha y, pese algunos errores de guión, el desarrollo de la misma transcurre con el suficiente brío como para mantenernos enganchados a la historia y a la pantalla. Aunque sus personajes principales se hallen faltos de contorno, de color y muestren una opacidad que dejan demasiado a nuestra imaginación respecto a sus propios sentimientos, el encanto y la experiencia de Kirsten Dunst unidos a la frescura que aporta Jim Sturgess ayudan a maquillar un poco estos errores.
Dada la nacionalidad argentina del director, la banda sonora de esta película nos sorprende literalmente introduciendo casi como con calzador el tango, y aunque al principio pueda resultar chocante lo cierto es que un tango nunca desagrada. La fotografía no decepciona, aunque no es para tirar cohetes. Retrata de modo agradable los dos mundos y recrea ese universo de ficción dándole una apariencia de cuento que se ajusta a la perfección a la historia. Obviamente no puede equipararse a la de las grandes superproducciones,  así que no es la selva de Pandora ni el País de las Maravillas, pero tiene su encanto.
Y hasta aquí bien, una idea magnífica, un desarrollo lo suficientemente hábil, unos actores a la altura y una banda sonora cuanto menos sorprendente. Entonces es cuando llega el final, en mi opinión abrupto, apresurado y carente de imaginación y, si pensábamos que habíamos asistido a una película bastante decente, de golpe y porrazo se convierte en una historia de amor original y curiosa pero que en su conjunto no deja de ser una película mediocre. Una lástima.

Las he visto y te lo cuento.

Otra Tierra. Parte de una idea bastante original que juega con la existencia de otro planeta idéntico al nuestro. La película se hace bastante pesada e incluso sedante aunque consigue, milagrosamente,  mantenerte en vilo hasta el final. La elección de la actriz principal, que es muy mona y a la vez bastante insípida, creo que ha sido un error en toda regla.  El resultado se resume en que ni ciencia ficción, ni fábula fantástica, ni película reflexiva y simbólica ni nada de nada. Todo se queda a medias. Eso sí, invito a verla a quienes quieran encontrarse con algo diferente que quizás les haga reflexionar, en mi caso, me produjo la suficiente pereza como para pensar lo justito.






El Vuelo. A pesar de estar pilotada por uno de los más grandes que es Denzel Washington y contar con el director de imprescindibles clásicos como Regreso al Futuro, ¿Quién engañó a Robert Rabitt?, Forrest Gump, Náufrago, etc.... esta película podría pasar perfectamente por una de esas terribles películas de sobremesa con las que antena 3 nos deleita cada fin de semana. Eso sí, insuperable la secuencia en la que se produce el incidente aéreo. Te pone los pelos de punta y consigue fácilmente llevarte al extremo de necesitar abrocharte el cinturón y buscar tu propia mascarilla. El trabajo de Denzel nunca baja de notable y, aunque los secundarios no terminan de integrarse bien en el argumento, es una delicia tropezarse con el enorme John Goodman.





Mi nombre es Khan. Racismo, amor, humor, superación, xenofobia, síndrome de Asperger, 11-S, celos fraternales, obamismo, y mucho, mucho más se recoge en esta cinta que abarca tanto que quizás lo mejor hubiera sido hacer una miniserie. Por el amor de Dios... ¡160 minutos! Con una fotografía tan bella como la propia coprotagonista y una historia llena de emociones esta película india convence tanto como ya lo hizo Forrest Gump hace 19 años. Y es que la estructura, la sensibilidad como arma arrojadiza y la enfermedad que caracteriza al protagonista hacen inevitable que la palabra plagio navegue a sus anchas por nuestra mente durante prácticamente toda la cinta. Aún así el resultado es de sobresaliente. Absolutamente recomendada.





Amor. Lo único que puedo decir es que, si tienes un mínimo de sensibilidad, no veas esta película a menos que quieras quedar emocionalmente hecho un trapo. Sólo tengo una palabra: terrorífica.
El Óscar merecidísimo.











Dragón (Wu Xia). Película china con coreografías que no decepcionarán a los amantes de las artes marciales. La fotografía, sin duda, excelente. Digna de destacar la actuación de Takeshi Kaneshiro, con un personaje divertido y lleno de carisma, que de haberse rodado en Hollywood a Johnny Depp le hubiera quedado como un guante. Quizás el argumento deje ver algunas carencias y la historia que parecía prometedora al final no lo es tanto. Secuencias increíbles (como la recreación del forense en la tienda), la ya mencionada fotografía y el esmero que se ha puesto en las batallas dan como resultado  una película de calidad, llena de acción, entretenida y que, por supuesto, no defrauda.





Old Boy. Genial de principio a fin. El suspense se mantiene sin mermar ni un ápice su intensidad durante los 120 minutos que dura la película. Si al argumento brillante e impredecible le sumamos unos planos absolutamente magníficos no cabe duda de que estamos ante una verdadera joya cinematográfica. Sería malintencionado destripar aunque sólo fuera un poquito parte del argumento porque esta película para quien no la haya visto es un regalo y, como tal, debe ir bien envuelto. Sólo decir que me declaro fan incondicional del cine surcoreano. De 10.







Cirque du Soleil: Mundos Lejanos. Esta es la alternativa más económica para acercarte al mundo mágico del Circo del Sol. Un regalo para todos los sentidos. La belleza, la precisión, el sacrificio.. y, en definitiva, el buen gusto vuelan bajo la carpa de este circo de emociones que ha encandilado al mundo entero.
Una auténtica delicia al alcance de todos. Puro arte.


Crítica de El Infierno

Cuando Benjamín García, recién deportado de Gringolandia, llega a su México lo hace con una ternura  y una ingenuidad despampanante. Necesita poco tiempo para comprender que todo ha cambiado y que ese México lindo que dejara atrás hace ya veinte años, en lugar de recibirle con las brazos abiertos, le da una bienvenida tan hostil que resulta devastadora. Ante semejante panorama sientes entonces cómo las tripas se te encogen y la empatía que creías tener dormida ya se ha apoderado de ti . Ese Benjamín García, que casi  sin darte cuenta ha pasado a ser Benny,  te ha robado un poquito el corazón y esa devoción por su familia, el amor que siente por "su xula", el espanglish con que platica y ese esfuerzo por convertirse en un "pinche cabrón" sin escrúpulos hacen de él un personaje de lo más entrañable.
Luis Estrada creador de toda esta odisea nos enseña la parte más oscura de este país, del país de los colores,  del tequila, de los mariachi, el chile y las flores. Y el resultado es una impecable crítica sobre el narcotráfico, el crimen organizado, la corrupción, la falta de valores e incluso el analfabetismo. Nos presenta un México que es o que vive su propio Infierno. Lo mires por donde lo mires todo es miedo y miseria. La vida cotidiana se alimenta de mentiras, falsedades, venganzas, oportunismo y de pocas oportunidades donde ni siquiera la religión o la ley te ampara, un lugar donde, como cantaba José Alfredo Jiménez, "la vida no vale nada". La ironía y el descaro con que relata este problema, con que tiñe de sangre el escudo de su patria convierte a este director en un valiente. Y es esta valentía la que le hizo capaz de darle en el orgullo a su país, acercando el estreno de esta película al día de la celebración del Bicentenario de la Independencia de México. La respuesta no se hizo esperar y le llegó en forma de censura, que con descaro y malintencionada,   no fue obstáculo para que esta cinta mexicana se hiciera con numerosos premios y se metiera al público en el bolsillo.
Y a pesar de los tintes dramáticos con que se colorea la película y la violencia desmedida de algunas escenas, Luis Estrada consigue una película divertida, que incluso te arranca alguna carcajada si consigues quitarte de encima el sabor amargo de la denuncia.
Está ambientada con una banda sonora en la que, cómo no, son indispensables los corridos y cuenta con un reparto de escándalo, encabezado por un Damián Alcázar que nos regala un Benny magnífico y que resulta absolutamente creíble. 
En definitiva, esta película es para quitarse el sombrero, ya sea el cordobés, el bombín o en este caso el sombrero charro.



Crítica de Siete Psicópatas

Siete psicópatas es casi la perfecta sátira y a la vez exaltación del proceso creativo de un guión, de las películas de acción y de los cuantiosos clichés que entrañan.
A partir de aquí Martin McDonagh nos trae una película con un argumento ingenioso, atractivo y no pocas veces hilarante. Fascina como partiendo del bloqueo mental del protagonista el guión va abasteciéndose de personajes que se yuxtaponen con la realidad hasta finalizar un guión que prácticamente se escribe sólo. Y en esos saltos guión-realidad es cuando McDonagh implica al espectador en un juego que le da un ritmo vertiginoso especialmente en la primera hora a la película. Destaca también la manera en que traza a través de estos saltos a los personajes, dibujándolos poco a poco hasta que en un final inteligente adquieren forma y se encuentran frente a frente.
El reparto le da aún más credibilidad a la película. Intachable el papel delirante de Sam Rockwell y apabullante el talento de Christopher Walken que es capaz de destacar hasta estando dormido (véase escena). No olvidaré la intervención de Tom Waits que aunque se me hizo breve la encuentro irreemplazable. Por otro lado me ha decepcionado un Colin Farrell que a pesar de su condición de protagonista me ha resultado remendón, aburrido, totalmente prescindible y, junto a las presencias de Rockwell y Walken,  invisible . Tampoco me ha entusiasmado excesivamente Woody Harrelson quien teniéndolo todo a favor no termina de bordar el personaje. Si nos preguntamos en qué lugar  queda relegado el papel de las actrices el propio guión nos contesta alegando que en estas películas de acción "es un tiempo difícil para las mujeres", así que nada que añadir.
En resumen, esta historia de asesinos iracundos e idiotas a tiempo completo, convence. Como convencen los diálogos (algunos inteligentes), la música correcta, el humor negro, el carisma de los personajes y esa irrisoria irreverencia por la vida humana.
Y para no machacar con las demasiado evidentes influencias con que ejerce Mc Donagh, sólo decir que sí, las he sentido y prefiero verlas como parte de esa sátira y al mismo tiempo homenaje a este cine de acción. Apuntando solamente que en ese posible intento por pertenecer a un género su trabajo puede pecar a veces de impersonal y repetitivo, así que espero que para su tercer largometraje encuentre su propio estilo y nos sorprenda con una cinta repleta de aportaciones, fresca y absolutamente genuina.

Crítica de Blue Valentine

Lo primero he de advertirte ya que si buscas en esta película el típico y a la vez efectivo melodrama americano estás a tiempo de dar un paso atrás. Tampoco culpes a Cindy por no actuar como lo haría Allie, porque ten claro que  ni Ryan Gosling es Noah ni esta historia tiene que ver con el Diario de Noah, pero absolutamente nada que ver.
Esta cinta es cruda, cercana y sin contemplaciones. El director, Cianfrance, narra el comienzo y presente de un matrimonio cualquiera y lo hace con una naturalidad y un realismo tan extremo que por raro que parezca llega a asustar.  A través de los momentos más afables consigue dibujar en el espectador sonrisas abreviadas, sonrisas que desaparecen en esas escenas más duras donde los sentimientos se hacen tan familiares que pueden sentirse en las tripas. Profundiza a la perfección en la realidad sin la necesidad de recurrir a lo grotesco y consigue, de esta forma, crear una empatía increíble en el espectador. La armonía es perfecta, nada es tan dulce como para empalagar ni tan duro como para crear ardor.
Michelle Williams consiguió la nominación al Óscar por esta magnífica interpretación y es que hay que añadir que Blue Valentine llega con cierto retraso a España, teniendo  en cuenta que su estreno en EEUU fue en 2010. Michelle encarna un personaje sin vida, apático y rebosante de frustración, y lo hace de tal manera que más que creíble lo hace palpable. Ryan Gosling, por su parte, independientemente de los excelentes resultados de su caracterización, obra un derroche de talento descomunal, evidenciando  por qué es el actor del momento.
En Blue Valentine se dan cita sentimientos que a todos nos son familiares: la ilusión, el enamoramiento, los flechazos, el abandono, los sueños, la desilusión, el desgaste... y de alguna manera nos hurga las entrañas, nos encuentra y nos hace reflexionar.     
Me ha llegado, me ha atrapado y me ha convencido. Merece la pena. Mucho.

Querida Maribel


Querida Maribel:
Desconozco de cuantos inmuebles eres propietaria, que hayas salido en un spot de una financiera me la pela,  el Dior que luciste en la gala magnífico y si eres accionista de una clínica privada ¡enhorabuena!
No puedo reprimir la indignación que me ha producido el desayunar con tu cara en una portada y no es que yo desayune con este periódico, que el estado delicado de mi estómago no me lo permite. Al ver tan poca vergüenza, tanto descaro sólo acerté a pensar una cosa: ¡ni que fueras tú Bin Laden!
Y es que en poquitas horas has pasado de heroína a villana. Y es que ¡qué fácil es manipular a las masas! Qué fácil desviar la atención, crear opiniones en mentes limitadas.
Si tienes todo ese patrimonio del que tan a la ligera hablan qué alegría Maribel, eso querrá decir que has sabido invertir todo tu trabajo, que has empezado muy jovencita, ¿cuántos? ¿13 años? ¡Cuántas películas nos has regalado! Lo digo con felicidad porque si es tan próspero tu patrimonio no te veremos el día de mañana relatando tus memorias en un programa nocturno por cuatro duros y tampoco necesitarás un Santiago Segura que te rescate del olvido y la miseria con un papel insignificante.
Respecto al ya mencionado vestido decir que te sentaba de escándalo, tanto como las joyas Bulgari que acariciaban tu cuello sexy y maduro aunque sólo fuera de prestado.
Que seas la imagen de El Corte Inglés supongo que será porque los chinos no te ofrecieron la suficiente cantidad de dinero. Necios son los que no entienden y no quieren entender y bobos los que no alcanzan a entender la ironía.
Desafortunada tu aparición en un spot para esa financiera, jamás publicites nada, dado que no tienes dotes para prever el futuro, puede que a la larga un champú anticaspa (del cual eres imagen a pesar de no tenerla)   lleve algún ingrediente tóxico que produzca eccemas y deje las cabezas calvas.
Que nadie te empañe tu día, ese en que fuiste premiada por tu gran trabajo, ese en que te acordaste de los más desfavorecidos cuando todas las cámaras te enfocaban, envuelta en un Dior divino, cuando quizás muchos lo hubieran visto mejor si lo hicieras en un cajero y envuelta en llamas. Aunque quizás de esta manera no hubieras acaparado la portada de según que periódicos. Y eso sí que es hipócrita Maribel.