Crítica de Siete Psicópatas

Siete psicópatas es casi la perfecta sátira y a la vez exaltación del proceso creativo de un guión, de las películas de acción y de los cuantiosos clichés que entrañan.
A partir de aquí Martin McDonagh nos trae una película con un argumento ingenioso, atractivo y no pocas veces hilarante. Fascina como partiendo del bloqueo mental del protagonista el guión va abasteciéndose de personajes que se yuxtaponen con la realidad hasta finalizar un guión que prácticamente se escribe sólo. Y en esos saltos guión-realidad es cuando McDonagh implica al espectador en un juego que le da un ritmo vertiginoso especialmente en la primera hora a la película. Destaca también la manera en que traza a través de estos saltos a los personajes, dibujándolos poco a poco hasta que en un final inteligente adquieren forma y se encuentran frente a frente.
El reparto le da aún más credibilidad a la película. Intachable el papel delirante de Sam Rockwell y apabullante el talento de Christopher Walken que es capaz de destacar hasta estando dormido (véase escena). No olvidaré la intervención de Tom Waits que aunque se me hizo breve la encuentro irreemplazable. Por otro lado me ha decepcionado un Colin Farrell que a pesar de su condición de protagonista me ha resultado remendón, aburrido, totalmente prescindible y, junto a las presencias de Rockwell y Walken,  invisible . Tampoco me ha entusiasmado excesivamente Woody Harrelson quien teniéndolo todo a favor no termina de bordar el personaje. Si nos preguntamos en qué lugar  queda relegado el papel de las actrices el propio guión nos contesta alegando que en estas películas de acción "es un tiempo difícil para las mujeres", así que nada que añadir.
En resumen, esta historia de asesinos iracundos e idiotas a tiempo completo, convence. Como convencen los diálogos (algunos inteligentes), la música correcta, el humor negro, el carisma de los personajes y esa irrisoria irreverencia por la vida humana.
Y para no machacar con las demasiado evidentes influencias con que ejerce Mc Donagh, sólo decir que sí, las he sentido y prefiero verlas como parte de esa sátira y al mismo tiempo homenaje a este cine de acción. Apuntando solamente que en ese posible intento por pertenecer a un género su trabajo puede pecar a veces de impersonal y repetitivo, así que espero que para su tercer largometraje encuentre su propio estilo y nos sorprenda con una cinta repleta de aportaciones, fresca y absolutamente genuina.

Crítica de Blue Valentine

Lo primero he de advertirte ya que si buscas en esta película el típico y a la vez efectivo melodrama americano estás a tiempo de dar un paso atrás. Tampoco culpes a Cindy por no actuar como lo haría Allie, porque ten claro que  ni Ryan Gosling es Noah ni esta historia tiene que ver con el Diario de Noah, pero absolutamente nada que ver.
Esta cinta es cruda, cercana y sin contemplaciones. El director, Cianfrance, narra el comienzo y presente de un matrimonio cualquiera y lo hace con una naturalidad y un realismo tan extremo que por raro que parezca llega a asustar.  A través de los momentos más afables consigue dibujar en el espectador sonrisas abreviadas, sonrisas que desaparecen en esas escenas más duras donde los sentimientos se hacen tan familiares que pueden sentirse en las tripas. Profundiza a la perfección en la realidad sin la necesidad de recurrir a lo grotesco y consigue, de esta forma, crear una empatía increíble en el espectador. La armonía es perfecta, nada es tan dulce como para empalagar ni tan duro como para crear ardor.
Michelle Williams consiguió la nominación al Óscar por esta magnífica interpretación y es que hay que añadir que Blue Valentine llega con cierto retraso a España, teniendo  en cuenta que su estreno en EEUU fue en 2010. Michelle encarna un personaje sin vida, apático y rebosante de frustración, y lo hace de tal manera que más que creíble lo hace palpable. Ryan Gosling, por su parte, independientemente de los excelentes resultados de su caracterización, obra un derroche de talento descomunal, evidenciando  por qué es el actor del momento.
En Blue Valentine se dan cita sentimientos que a todos nos son familiares: la ilusión, el enamoramiento, los flechazos, el abandono, los sueños, la desilusión, el desgaste... y de alguna manera nos hurga las entrañas, nos encuentra y nos hace reflexionar.     
Me ha llegado, me ha atrapado y me ha convencido. Merece la pena. Mucho.

Querida Maribel


Querida Maribel:
Desconozco de cuantos inmuebles eres propietaria, que hayas salido en un spot de una financiera me la pela,  el Dior que luciste en la gala magnífico y si eres accionista de una clínica privada ¡enhorabuena!
No puedo reprimir la indignación que me ha producido el desayunar con tu cara en una portada y no es que yo desayune con este periódico, que el estado delicado de mi estómago no me lo permite. Al ver tan poca vergüenza, tanto descaro sólo acerté a pensar una cosa: ¡ni que fueras tú Bin Laden!
Y es que en poquitas horas has pasado de heroína a villana. Y es que ¡qué fácil es manipular a las masas! Qué fácil desviar la atención, crear opiniones en mentes limitadas.
Si tienes todo ese patrimonio del que tan a la ligera hablan qué alegría Maribel, eso querrá decir que has sabido invertir todo tu trabajo, que has empezado muy jovencita, ¿cuántos? ¿13 años? ¡Cuántas películas nos has regalado! Lo digo con felicidad porque si es tan próspero tu patrimonio no te veremos el día de mañana relatando tus memorias en un programa nocturno por cuatro duros y tampoco necesitarás un Santiago Segura que te rescate del olvido y la miseria con un papel insignificante.
Respecto al ya mencionado vestido decir que te sentaba de escándalo, tanto como las joyas Bulgari que acariciaban tu cuello sexy y maduro aunque sólo fuera de prestado.
Que seas la imagen de El Corte Inglés supongo que será porque los chinos no te ofrecieron la suficiente cantidad de dinero. Necios son los que no entienden y no quieren entender y bobos los que no alcanzan a entender la ironía.
Desafortunada tu aparición en un spot para esa financiera, jamás publicites nada, dado que no tienes dotes para prever el futuro, puede que a la larga un champú anticaspa (del cual eres imagen a pesar de no tenerla)   lleve algún ingrediente tóxico que produzca eccemas y deje las cabezas calvas.
Que nadie te empañe tu día, ese en que fuiste premiada por tu gran trabajo, ese en que te acordaste de los más desfavorecidos cuando todas las cámaras te enfocaban, envuelta en un Dior divino, cuando quizás muchos lo hubieran visto mejor si lo hicieras en un cajero y envuelta en llamas. Aunque quizás de esta manera no hubieras acaparado la portada de según que periódicos. Y eso sí que es hipócrita Maribel.


Crítica de Náufrago en la luna


Apenas recordaba ya la última vez que una película había conseguido enamorarme con tanta intensidad. Que esta historia acabara en mi pantalla es casi fruto de la casualidad, bendita casualidad. Y ahí estaba yo este domingo negativa, escéptica y muy poco receptiva frente a esta cinta coreana. Bastaron diez minutos para que me atrapara y de estar repanchingada como estaba en mi sofá, comencé a erguir mi postura y a pestañear lo justo para que mis ojos no se secaran. Partiendo de un guión sencillo y sobrado de ingenio, divertido a veces, complicado a ratos, esta película hace que llegues a cuestionarte tu propia existencia, este mundo de consumo que nos absorbe y la manera absurda en que tratamos de complicarnos la vida. Esta es una película llena de magia, de franqueza y de valores. Recomiendo encontrarse con ella de golpe, sin trailers, sin  sinopsis previas... sólo con la certeza de estar a punto de ser cómplice de una historia fabulosa, repleta de encanto y exquisita en todas sus formas, cien por cien efectiva si quieres sorprenderte, si quieres sorprender.

Bellos y singulares fotogramas, una música conmovedora y un ritmo tan preciso que a pesar de sus escasos diálogos consigue mantener al máximo la expectación durante las casi dos horas que dura la película.
Excelente.

Crítica de Quemar depués de leer


Gracias al cansino y húmedo tiempo que nos está regalando este 2013 hoy he podido descubrir una de esas pocas películas que consiguen hacerte llorar de pura risa. Una de esas películas que hacen que durante una hora y media te creas un poquito más feliz y que te ayudan a olvidar que al otro lado de la ventana desluce un día gris y oscuro y que estás muy hasta las narices de ese frío que pela y de todas esas personas que deambulan sin licencia para conducir sus paraguas.
La criatura:“Quemar después de leer”.Casi cinco añazos. Los papás: Joel y Ethan Cohen, genios y figuras, más allá del bien y del mal y capaces de convertir un martes con pocas expectativas en casi-casi un punto de inflexión en tu vida (xagerá...).
Qué bueno poder reírnos de esa estupidez humana, la nuestra, genética, innata... Y qué bueno poder hacerlo desde casa, donde el pause se convierte en aliado para que puedas descojonarte libremente y sin prisas, sin perderte ni una coma de los diálogos y dándote un tiempo para secarte las lágrimas.
Muchas escenas de esta película siembran en mí la sospecha de que tras la cara no amable de John Malkovich se esconde una deidad de apariencia humana. Huelga decir que su interpretación, como todas, es magistral. Destaca también un Brad Pitt hiperactivo y adicto al chicle que de divertido se le perdona hasta que esté un pelín sobreactuado. Tampoco le voy a negar felicitaciones al señor del Nespresso, a quien le queda como un guante su papel de mezquino. Y ya para rematar una Frances McDormand totalmente divertida,exquisita y dulcemente idiota.
Los hermanos Coen retozan en las profundidades del absurdo para regalarnos un enredo de ingenio, escenas brutales e imágenes imborrables. Y como resultado una película original y muy digna, aunque es obvio que esta no es su obra más seria ni la más laureada.

Crítica de Mama

Un inicio prometedor con un final fantástico. Al resto de la película le voy a dar un NM (necesita mejorar) de los de antes.
La historia pretende aunar el terror y la fantasía en un contexto actual. Muschietti nos presenta una trama en la que los clichés propios del cine de terror (cabaña del bosque, monstruos en el armario, locura, niños terroríficos...) llegan a asustar por su descaro.
En cuanto al reparto el horrible papel que le ha tocado a Jessica Chastain lo ha salvado por los pelos. Más difícil lo ha tenido su compañero de reparto al pasar el pobre sin pena ni gloria, a saber si por mérito propio o por culpa de un guión con carencias. El caso es que a mi este muchacho me resulta de lo más danés, no me transmite más que la propia agonía de buscar que me transmita algo, ya sea para mal, ya sea para bien.
Que las niñas hayan cumplido, especialmente la más pequeña, no lo encuentro muy meritorio y es que un niño puede ser de lo más terrorífico si se lo propone.
Si hay algo que me gustaría destacar en la cinta son los créditos iniciales, la manera en que explica parte de la trama a través de los dibujos infantiles ha sido todo un acierto. De la misma manera el final, haciéndonos creerlo predecible, me ha, por lo menos, entusiasmado.
Las influencias europeas, japonesas y burtonianas se abren paso a trompicones dando como resultado un producto mal definido. Aun con todo esto, teniendo en cuenta la poca experiencia del director, me parece que le ha salido un bonito cuento, en el que se han puesto muchas ganas y que al menos entretiene. Encontrar un estilo propio es difícil y lleva su tiempo.
Lo más perjudicial para esta película es sin duda llevar el sello Del Toro. De inmediato se convierte en una cinta de la que se espera demasiado y las consecuencias lloverán torrencialmente en forma de críticas. Así que juzgando el trabajo de alguien que como quien dice acaba de aterrizar en el mundo de hacer cine creo que ha sido un buen trabajo y espero y estoy segura de que en un tiempo no muy lejano estaremos hablando maravillas de este director argentino.  
Lo mejor: Las reminiscencias burtonianas (no sé si el que una de las niñas se llame Victoria es intencionado).
Lo peor: Creer que vas a encontrarte con algo a la altura de Guillermo del Toro.

Crítica de Argo



 Comenzaré entonando el mea culpa al presentarme ante esta película sin más información que la correspondiente a Ben Affleck en su papel de protagonista, director y hasta productor de la cinta. Lo mío fue casi, casi lo que conocemos como una cita a ciegas. Y es lo que tiene el ser joven, y me atrevería a decir inculta, pues a los 20 minutos de película me encontraba fascinada por un guión absolutamente original y creativo. ¿Cómo alguien habría inventado tremenda trama? No hace falta detallar la escandalosa hostia que me he dado al caer de mi nube y descubrir que estaba ante un hecho real y documentado. Inmediatamente y sin poder yo evitarlo mi opinión sobre la película cayó al menos en dos puntos. Seré idiota...
Lo más llamativo de Argo es la precisión de Ben Affleck, aportando el humor necesario a esta historia impregnada obligatoriamente de dramatismo. De hecho, quizás estos momentos irónicos y relajados sean con los que me quedo. Por supuesto subrayo por esto la imprescindible participación de Alain Arkin y John Goodman. Así, destaca la escena de la aparición en pantalla de este último que es fastuosa, tanto que te invade ese sentimiento esperanzador de que estás ante una película importante.
He percibido, muy a mi pesar, ciertos atisbos de inseguridad por parte de Ben Affleck en su afán de rellenar la película con planos dignos y muy de la época, demasiadas florituras, demasiados y muy explícitos detalles que en su intento de meterte en la historia consigue todo lo contrario, recordarte permanentemente que estás viendo una película. A esta evasión a la realidad ayudan el vestuario y la caracterización desmesurada. A veces lo mucho se queda en nada.
Me he quedado con la sensación de un intento por parte de Ben Affleck de imitar a los grandes, a quienes conoce y admira, está bien que lo intente pero no sé si ha estado a la altura. Esos empeños de "mira lo que sé hacer" han alargado la trama haciéndola a veces aburrida. Eres joven, Ben y tienes un futuro prometedor de eso no cabe duda, eso sí, siempre, óyeme bien, siempre detrás de la cámara.
En resumen, una película que aspira a clásico y a la que ya han bautizado como peliculón. Yo me quedo en que es un buen intento de alguien que ama el buen cine, tiene mucho talento y le queda mucho que aprender. P'alante Ben, p'alante.